Dejamos tantos sueños al filo del colchón,
dejamos melodías junto a la emoción.
Luchamos tantos duelos tras esa pared...
atado llevo el fleco de un suspiro y un adiós.
Ya nadie aquí se llama,
no se oye ni una voz,
los muebles y el silencio abarrotan el salón.
Yo pliego las caricias y los ruegos
y escribo en un cartel que cuelgo en el balcón.
Se vende un alma nueva sin usar, se vende.
Yo rindo mis ejércitos de plomo,
yo quemo mis navíos en tu vientre
amueblado de dolor.
Vende la nube de tu alma, pa’ que inventen.
Yo entrego mis conquistas y mis fuertes,
las dudas van al cubo de los verdes
y el alma va cosida a nuestro adiós.
Se mezclan las palabras y el televisor,
denuncian los vecinos el silencio atroz,
rebotaron los ecos por última vez,
arranco los reflejos del cristal de Dios.
Se apagaron tus llamas y me quemo yo,
no encuentro la salida hacia dentro de tu amor.
Ya borra nuestros nombres del buzón
y escribe en un cartel que cuelgue en un balcón.
Se vende un alma nueva sin usar, se vende.
Yo rindo mis ejércitos de plomo,
yo quemo mis navíos en tu vientre,
te entrego mi timón.
Vende la nube de tu alma, pa’ que inventen.
Los sueños, las promesas, los pendientes.
Las dudas van al cubo de los verdes
y el alma va cosida al pantalón.
Por qué no barres lo que sobre de tu corazón,
por qué no guardas lo que vale más
y me haces una copia
de la llave del portal.
Te dejo un hueco
en mis recuerdos por venir,
te apunto en una lista que no tiene fin,
te aparto los momentos que tú quieras,
yo estoy para cuidarte el sitio del amor.
Se vende un alma nueva sin usar, se vende.
Yo rindo mis ejércitos de plomo,
yo quemo mis navíos en tu vientre,
te entrego el edredón.
Vende la nube de tu alma, pa’ que inventen.
Los sueños, las promesas, los pendientes.
Las dudas van al cubo de los verdes
y el alma va cosida a mi dolor.